SEO NAME

Hasta hace no mucho tiempo, “trabajo” y “felicidad” parecían polos opuestos. “Trabajo” remitía al sacrificio, al padecimiento necesario para ganarse el pan, a la supresión del placer para concentrarse en el rendimiento. La felicidad era lo que ocurría cuando el trabajo terminaba. Entonces era posible reír, relajarse, dejar de ser “recurso” para ser simplemente humano.